Pese a los avances de la medicina moderna y tradicional muchos montuvios de la Costa ecuatoriana siguen confiando a ciegas en la medicina ancestral ejercida por curanderos, sanadores y sobadores que basan sus conocimientos en creencias, teorías y supersticiones y curan enfermedades o «dolamas» como el «susto o espanto», el «ojo» , el «mal aire», las «torceduras», el «empacho», la «aventazón», etc., y muchos otros males y por eso acuden a los o las «sanadoras» cuando se encuentran «azumagados» o «acontecidos» y dicen que «salen como nuevos».
Estos personajes del campo costeño curan con hierbas como la artemisa, la zaragoza, el mastrante, el bejuco pascuenque, la verdolaga, etc., pero también utilizan pócimas a base de alcohol y huevos de pato o gallina para pasarlos por el estómago o por las partes afectadas, los que luego al abrirlos están negros.
Siempre tienen su altar lleno de velas y santos ya que piden la intervención de Dios y de los santos.
Hoy fui acompañando a un amigo montuvio que decía estar «ojeado» donde la sanadora de Baba y tuvimos que esperar largo rato ya que había muchos «pacientes».
Aproveché para tener una larga «conversa» con la sanadora y su esposo y de despedida me regalaron una «gumarra» o «gallina criolla».
¡Bello folclore montuvio del Ecuador!