Un joven en el extranjero relató con consternación cómo le habían sustraído $1.000 de su cuenta bancaria simplemente por abrir un correo electrónico. Fue víctima de la ciberdelincuencia, un fenómeno que existe desde 1989. En aquel entonces, un disquete simple con información de un programa podía ser introducido en un computador, permitiendo borrar o acceder a información privada de la víctima. Esta técnica fue utilizada como un arma para hackear sistemas. Con el avance de la tecnología, el hackeo se ha vuelto más sofisticado, lo que ha llevado a los gobiernos a incrementar las medidas de seguridad.
En 2012, los ataques cibernéticos fueron clasificados como el quinto riesgo más alto a nivel mundial. Este riesgo aumentó en un 600% debido a la pandemia del COVID-19, abarcando desde robos y malversaciones hasta piratería y corrupción de datos. Según el último Índice Global de Ciberseguridad de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, agencia de la Organización de las Naciones Unidas, Ecuador se encuentra en el puesto 119 de 182 países en cuanto a vulnerabilidad ante ataques cibernéticos.
Desde el 3 de agosto de 2022, Ecuador implementó su Estrategia Nacional de Ciberseguridad (ENC), facilitando a los ciudadanos el acceso a servicios digitales seguros y protegiendo sus datos personales. En octubre de 2012, el Banco Pichincha sufrió un ciberataque que afectó sus operaciones, dejando inoperables los cajeros automáticos y el portal de banca en línea, convirtiéndose en uno de los mayores ataques de ese año. Es importante estar siempre alerta, ya que los ciberdelitos pueden presentarse de manera sutil o estereotipada, como mensajes que parecen provenir de empresas legítimas o compañías de tarjetas de crédito con carácter urgente. Examinando detenidamente el correo electrónico, se pueden encontrar indicios de su fiabilidad.
¿Cómo evitar ser víctima de un ciberdelito? No permitas que entidades desconocidas accedan a tu sistema. Utiliza distintos tipos de software antimalware y antivirus en tus dispositivos. Asegúrate de verificar los correos y mensajes que recibes, y no abras mensajes sin estar 100% seguro de la identidad del remitente. Protege tu computadora con contraseñas robustas y cubre la cámara para mayor seguridad. Si eres víctima de una agresión o coacción, se recomienda contactar a un profesional en ciberseguridad.
