Desde que las fuentes meteorológicas evidenciaron que en las aguas del océano Pacífico y en la zona atmosférica se estaban presentando cambios elevados de temperatura, se emitió una alerta de vigilancia para observar de forma más detallada estas alteraciones climáticas. Los resultados recientes confirmaron que se originará un fenómeno climático durante los siguientes meses del año.
A este evento climatológico se lo conoce mayormente como fenómeno de El Niño, actualmente llamado –evento– el cual provoca fuertes vientos y precipitaciones que afectan principalmente a las zonas costeras cercanas al océano Pacífico, entre ellas Ecuador, país que ya ha sido gravemente golpeado por este fenómeno en los años 1982 y 1997.
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Por esta razón, el Gobierno del Ecuador ha manifestado un plan de acción que busca mitigar los daños que traerá consigo El Niño. Las probabilidades de que arribe a las costas ecuatorianas son del 84% a partir de los últimos trimestres de 2023.
En este plan de acción se describen dos posibles escenarios: uno moderado en el que las lluvias serán superiores a las normales y otro moderado-fuerte en el que las precipitaciones serán muy intensas. Estas situaciones podrían desencadenar que más de 1,5 millones de personas estén expuestas a inundaciones y más de 742.000 personas a movimientos de masas.
Por ello, las medidas que se establecerán constarán de cinco fases, desde el análisis y monitoreo de riesgos hasta la reconstrucción de las áreas afectadas, en coordinación con el Sistema Nacional Descentralizado de Gestión de Riesgo y demás organismos del Estado.
Es decir, cada entidad trabajará desde sus competencias para garantizar el correcto funcionamiento de las fases. Por ejemplo, las entidades del sector agrícola deberán elaborar y adquirir kits tecnológicos que incentiven la siembra. A su vez, se implementará una política pública que garantice la soberanía alimentaria.
Mientras, el sector social deberá estimar el nivel de asistencia humanitaria para los posibles afectados y damnificados, así como determinar cuáles serán los alojamientos temporales, adquirir y preposicionar los bienes para asistencia humanitaria, flexibilizar la estrategia de bonos y crear y adquirir nuevos kits complementarios de asistencia humanitaria.
El sector de salud, en cambio, deberá centrarse en adquirir insumos médicos para cubrir la demanda que se presente, programar campañas de fumigación y buscar infraestructura para la atención médica.
De igual manera, las entidades de educación, transporte y vialidad, producción y comercio, el sector de economía, vivienda y servicios básicos tendrán que preparar una respuesta inmediata ante las posibles problemáticas que se generen.
Se estima que la inversión inicial para llevar a cabo este plan va a ser de 266 millones de dólares, en donde 200 millones provendrán de la banca privada y 66 millones del presupuesto estatal.
A través de este despliegue de acciones se pretende reducir el impacto del también conocido como Oscilación del Niño del Sur (ENOS) en las zonas de mayor vulnerabilidad y su recuperación para salvaguardar la vida y seguridad de la población y no se repitan las afecciones de los eventos pasados.
Para mantenerse informados y tomar medidas proactivas en sus comunidades, les invitamos a seguir de cerca este plan de acción a través de https://www.gestionderiesgos.gob.ec/63490-2/ Es crucial que, como ciudadanos, verifiquemos si nuestros gobiernos seccionales están al tanto y se están preparando adecuadamente para este evento climatológico. La participación y vigilancia ciudadana es esencial para garantizar que se tomen las medidas necesarias y se proteja a nuestras comunidades. ¡Infórmate y actúa!