El 3 de junio de cada año se celebra el Día Mundial de la Bicicleta, un medio de transporte que se caracteriza por ser ambientalmente sostenible, además de contribuir a la salud y la condición física de las personas. Más allá de ser un deporte que ha ganado mayor popularidad en los últimos años, permite una movilidad limpia, rápida y relativamente accesible. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en 2022 solamente el 21,4 % de los hogares contaron con al menos un usuario de este medio.
Este número parece reducido comparado con la cantidad de vehículos que transitan las calles y carreteras del Ecuador, generando emisiones de CO2, y reduciendo la calidad del aire que respiramos. Pero, ¿cuáles son las razones detrás de esta cifra?
Uno de los principales motivos es el riesgo que implica el ciclismo en la urbe. De hecho, la Agencia Nacional de Tránsito revela que hasta el segundo trimestre de 2022 se registraron 163 víctimas en siniestros de tránsito que involucraron a bicicletas. Diariamente los ciclistas enfrentan el peligro de sufrir un accidente ocasionado por conductores imprudentes que invaden el carril exclusivo, aquellos que no respetan los semáforos y algunos que manejan sus automóviles mientras utilizan sus celulares o se encuentran bajo los efectos del alcohol.
El irrespeto y la irresponsabilidad de los automovilistas apagan la vida de varios miembros de la comunidad ciclista, tanto a nivel nacional como internacional. Como sucedió en 2018 en la ciudad de Nueva York con una australiana de 23 años que acababa de graduarse: Madison Jane Lyden, una joven que apenas comenzaba a recorrer el mundo hasta que fue atropellada por un camión de saneamiento privado, conducido por un hombre en estado de ebriedad. Otro caso más reciente fue el de Jaime Veintimilla, ciclista de 43 años que falleció atropellado por un bus de la Ecovía en la ciudad de Quito, el 1 de abril de 2022.
Tanto Lyden como Veintimilla fueron recordados mediante una bicicleta pintada de color blanco en el lugar del accidente, rodeada de flores, listones y otros recuerdos.
Esta también se utiliza como un símbolo de concienciación para prevenir más víctimas en circunstancias similares. Es un llamado de atención urgente hacia las autoridades y la sociedad en general para mantener una relación equitativa, respetuosa y sensata.
Lamentablemente, parece que el camino por recorrer es aún muy largo. En 2022 el Ministerio de Transporte y Obras Públicas del Ecuador presentó el “Manual de ciclo-infraestructura y micromovilidad para Ecuador”, en el que se asigna a los Gobiernos Autónomos Descentralizados Metropolitanos y Municipales (GAD) la responsabilidad de establecer normativas respecto a la movilidad. Entre estas se encuentran aquellas que promueven el uso de medios de transporte sostenibles, como la bicicleta. En este tema se encuentran solamente Ambato, Cuenca, Galápagos, Guayaquil y Quito; aunque la mayoría continúan marcadas como “en proceso”.
Entonces, ¿cuántas bicicletas blancas más se necesitan para que la conciencia ciudadana cambie? ¿Cuántas vidas más deben perderse para tomar acción?