La pandemia del COVID-19 dejó un impacto significativo en la sociedad a nivel mundial. Desde su aparición, este virus cobró la vida de millones de personas y alteró drásticamente la forma en que vivíamos, interactuábamos y enfrentábamos los desafíos cotidianos. Durante la lucha contra el virus, destacaron los héroes en la primera línea, aquellos valientes que dedicaron incansablemente sus esfuerzos para proteger la salud y la vida de los demás. En medio de esta situación, el recuerdo de estos hechos trascendentales se convirtió en un símbolo de consuelo para los familiares de aquellos que perdieron la batalla frente al virus.
A través del arte, especialmente el arte escultórico, los artistas tienen la capacidad de eternizar estos hechos significativos para la humanidad. Los escultores moldean y plasman diseños en sus obras que comunican sentimientos de manera simbólica.
En la ciudad de Guayaquil, en la plaza Colón, junto al cerro Santa Ana, se encuentran esculturas que representan de manera destacada esta situación. Victoria Bastidas Mora, originaria de esta ciudad, es la creadora de siete esculturas. Utilizando por primera vez en Latinoamérica el material conocido como Crystal Clear, asumió el reto de plasmar lo vivido durante la pandemia, una responsabilidad que le llevó un año completar.
Inicialmente, Victoria se enfrentó al desafío de representar la muerte de una manera no nostálgica, sino esperanzadora. Pasó varias noches sin dormir, reflexionando sobre qué figuras y materiales utilizar. Tras una exhaustiva investigación, decidió crear una obra en la que los ángeles que simboliza a todos aquellos que, desde distintas profesiones, contribuyen a la salud y bienestar de la sociedad.
Sin embargo, no quería utilizar mármol para los ángeles, ya que se asemejarían a los que se encuentran en los cementerios. Por esta razón, buscó un material transparente que comunicara la ausencia de los ángeles. Además, planeó colocar 18.603 luces en el suelo, representando las almas y su protección por parte de los ángeles.
El propósito de esta obra es revitalizar el espíritu y el ánimo de los ciudadanos y, de alguna manera, canalizar el dolor que sienten las personas que han perdido a un ser querido durante la pandemia.
La técnica utilizada en el diseño de estas esculturas es totalmente innovadora en nuestro país. Ella no se limita a un solo campo dentro del ámbito cultural, sino que busca constantemente nuevos parámetros.
Desde temprana edad, se sumergió en el mundo del arte escultórico. Se especializó en Europa y regresó a su país para enseñar. También participó en otras actividades pictóricas, como la creación de murales en la ciudad, transmitiendo un impacto visual y estético. Lleva aproximadamente seis o siete años produciendo arte tanto de manera individual como colectiva.
Mira la entrevista completa con Victoria Bastidas «Conversaciones frente al mar».